Hoy me he levantado con ganas de comerme el mundo. Siento que toda la fuerza se cierne sobre mi, que toda la luz me ilumina. Me visto con cuatro trapos, como quien no quiere la cosa, salgo a pasear, salgo a tu encuentro. Al ver como se proyecta esa radiante sonrisa en tu cara y cómo esos ojos azules brillan, siento cómo toda la fuerza se centra en ti, cómo alimentas mis sentidos con un abrazo y también como me quieres. Caminando sin rumbo a ningún sitio, a todas partes, en el inquieto esfuerzo de regresar al presente sin dejar de viajar al futuro, juegan nuestras manos sin mirar, al tiempo que palabras y miradas se contradicen, que ambas sonrisas se cruzan, unen su poder e iluminan el mundo mostrando la virtud humana en su máximo esplendor. Tu voz, a modo de melodía habla de una cárcel, de un ejército de sentimientos que no pueden mostrarse a flor de piel por la inseguridad, por el miedo a fracasar. Respondiendo a tanta pena, en un beso te muestro el camino al cielo más ardiente, o quizás al más dulce infirno, siempre destino "mi corazón". Y puede que sentados sobre en césped o tumbados en la arena hayamos conseguido sacar aquella pequeña persona espontánea, divertida y natural que incita al deseo, a la pasión y despierta al amor, que llena nuestro espacio cual carmín tiñe mis labios, que nos arrastra y nos empuja al borde de la locura hasta regresar al mundo real y comprender entonces el sentido del egoísmo, del dolor y la maldad, de la añoranza... y del amor.
Pero, después de todo esto, tan solo puedo pedir tu cuerpo desnudo en mi cama, que seas mi privilegiado acompañante esta noche sin fin, y que me dejes hacerte sonreír.
Hoy me he levantado con ganas de comerme el mundo. Siento que toda la fuerza se cierne sobre mi, que toda la luz me ilumina. Hoy voy a quererte. Hoy será el día en que lo consiga sin enloquecer.
11.12.09
fuerza.
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