No me gustan los cobardes, ni los que renuncian a sus sueños por miedo. No me gustan los pretextos, las indirectas, los argumentos retorcidos. No me gustan las mentiras, que me utilicen, que me infravaloren, ni que me lleven la contraria. No me gusta ser el dos de picas en una mano de ases, la última anilla de la cadena, ni un pañuelo de papel o un bastón donde apoyarse. No me gustan las excusas baratas ni las promesas rotas. No me gusta que me investiguen, que inventen ni que la gente crea conocerme. No me gusta que intenten controlarme, que ironicen con mi vida, las frases hirientes. No me gustan las muecas que algunos hacen al sonreír, los gestos ampulosos ni las uñas mordisqueadas. No me gusta que me escondan cosas ni que me echen otras en cara. No me gustan las falsedades ni las hipocresías, las espadas de doble filo ni los cambios de humor sin sentido alguno. No me gusta la negatividad, pensar en todo lo que digo y en cómo va a ser interpretado. No me gusta que los demás sepan cosas de mi, que me interrumpan cuando hablo.
Me gustan los paseos en la playa, los besos con los ojos cerrados. Me gusta que me mimen, que me reten y que, de vez en cuando, me dejen ganar. Me gusta que la gente que me rodea cuente conmigo, que me escuchen y que me entiendan, que me hagan sentir bien. Me gusta cambiar, los pequeños detalles, las sorpresas. Me gusta improvisar, las cervezas a media mañana y los cafés a media tarde. Me gustan los imprevistos, las aventuras y no tener un rumbo fijo. Me gustan las mañanas de primavera y las noches de invierno, las pistas de esquí y la arena de la playa. Me gusta la música de Extremoduro, sentarme en el jardín a pensar, a ver pasar el tiempo. Me gusta el olor de One Million, los jerséis grandes y las gafas de sol. Me gusta hacer deporte, reír a carcajadas. Me gusta que me hablen y que me dejen hablar, participar en todo lo que pueda, reír hasta llorar pero no llorar para que otros se rían. Me gustan los abrazos inesperados por la espalda, que me hagan la comida, que me arropen si me quedo dormida en el sofá. Me gustan mis amigas, me gustan tal como son y por encima de todo y todos. Me gustan las canciones que hablan de mi, me gusta sonrojarme, descubrir a gente que valga la pena. Me gusta el blanco y el verde, el rojo de tus labios y ese color de ojos que cambia según el día.
Pero sobretodo, me gusta que cada cual aprenda dónde está su sitio en el mundo. Aunque sea difícil, aunque duela.
2 comentarios:
me guasta el final! jejeje y me gustas tú ;) (te has sonrojado verdad?¿ xD) es que resulta que a mí me gustan las tonterias jaja un beso en el ojo!
pd: encara no se vene bé como funciona :$ como compendràs no volia enviar-te dues vegades (o tres xD) el mateix comentari xD
pd: ara ho he pillat xD
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