deseo.

Queridos Reyes Magos,
No voy a decir que este año me haya portado bien, ni que prometa hacerlo más adelante. He visto como se han hundido muchos mundos, cómo ha cambiado mi entorno y cómo me he perdido. Sin embargo, quiero dar las gracias por haberme encontrado de nuevo ( eso tiene que ser cosa vuestra, pues ha sido mágico) y también cómo he ayudado a encontrarse a los míos.
Sé que no es normal que yo escriba esto, pero creo que, por una vez, necesito vuestra ayuda. En mis dieciseis años de vida, no había presenciado tal brutalidad en un diálogo. Nunca había visto una pelea en vivo, un escupitajo en la cara o un bofetón bien dado. No había visto guerras más que en las películas, ni tampoco lágrimas tan sentidas como las que yo misma he derramado. Y, de repente, todo se ha materializado.
He sufrido lo que no está escrito viendo sufrir a los demás, he tenido miedo al ver como los mios temblaban, he corrido para salvar al prójimo, he llorado hasta no poder respirar... y todo ha sido en vano. Por eso ahora comprendo que este mundo necesita algo que ni yo ni el resto de los mortales podemos ofrecer, necesita magia. Magia que borre la maldad, que pinte brillantes sonrisas en las caras; magia que haga aparecer el agradecimiento y las ganas de luchar; magia que enamore y que haga enamorar; magia que acentúe las diferencias y que haga aceptarlas. Magia que haga que los pequeños detalles sean mucho más que eso.
Gracias.