No sabes como puedes llegar a dañar hasta que no lo haces. Así es, el ser humano tenemos el increíble don de fallar a la gente que más nos ha querido, o que tal vez aún nos quieren. No tengo una larga vida, pero lo poco que he visto me ha servido para ver lo egoísta que soy, el poco tacto que tengo, como me quiere la gente que me quiere, y como me odian los que lo hacen. Por eso escribo esto, como disculpa a las personas que me han valorado y se han sacrificado para hacerme feliz y mi única manera de pagárselo ha sido dedicándoles un error detrás de otro. El hecho de que me tiemblen las piernas al dar un abrazo, de romper a llorar al ver un video, de que se me pongan los pelos como escarpias al ver una carta escrita con una letra desbaratada y que solo dice la verdad, es lo que diferencia la sensación de un momento del sentimiento intemporal.
En especial, Toni, lo siento. Eres importante, lo sabes.
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