23.7.10

ganas.

Hoy se ha calzado los tacones, no está dispuesta a quedarse atrás. Después de dudar un poco sobre qué ropa ponerse, ha optado por cerrar los ojos y meter la mano en el armario, sin más. "Qué más da" pensaba " todo lo que tengo es porque me queda bien, y si me queda bien es porque me gusta". Supongo que la duda es un poco obligada, el rito y todo eso. Pero ella no tenía tiempo para chorradas, había quedado. De un salto se metió en la ducha y de un salto salió de ella. Rápida como un rayo de luna se ahuecó el pelo y perfiló sus ojos, rasgándolos y simulando unas pestañas infinitas que daban cabida a esas dos perlas negras que tantos temían. En un instante, cogió de una arrebolada las llaves del coche y el bolso de la percha de la entrada, abrió la puerta y la cerró de un portazo. Conduciendo como conduce, alocada, distraída, escandalosa, por las calles de una Barcelona atestada de gente, es raro que aún no haya atropellado a nadie. Supongo que sabe perfectamente donde están sus medidas y no intenta sobrepasarlas. "Tonight's gonna be a good night" sonaba a todo trapo en el reproductor y en su voz. No se ha cansado aún de escuchar esta canción, lo que siente cuando llega a ella es mucho más fuerte que cualquier moda. Aparcó el coche aburrida ya de buscar sitio (hubiera pagado lo que fuera por poder metérselo en el bolsillo) y echó a correr hacia el muelle, llegaba tarde, una vez más. No le importaba retrasarse un poco cuando quedaba con algún chico, para después poder mirarle con cara interesante y decirle "¿Qué te pensabas?, lo bueno se hace esperar". Pero con ellas, no. Con ellas no quería llegar tarde, quería disfrutar de cada segundo de risas y confesiones, de la ropa nueva de una y de los zapatos que le molestan a la otra. Con ellas no necesitaba darse esos aires de grandeza que, aunque le divirtieran, tenía que fingir.
Ni el brillo de los ojos, ni las ganas de vivir estaban tan a flor de piel cuando estaban lejos. Eran inseparables, siempre en mente unas de otras. Intentaban mantenerse cerca y, a pesar de las adversidades, prácticamente siempre lo conseguían. Ya saben lo que dicen: hay demasiada gente y gente que es demasiado.

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