17.3.11

años.

Llevo muchos días pensando en esto y he llegado a la conclusión de que de ninguna manera soy capaz de empezar esta pequeña historia de una forma original. Ha pasado tiempo, mucho tiempo desde que sé realmente que no entiendo nada de lo que me pasa, nada en absoluto de lo que sucede a mi alrededor. No hace, sin embargo, tanto tiempo que sé qué es lo que me hace querer, lo que me empuja, lo que me lleva a avanzar. 
Supongo que vivir una vida no es fácil. Mentira, no lo supongo, estoy convencida, ¡qué demonios, yo también tengo una! Pero no puedo negarte que la tuya sea especialmente difícil. Sacar adelante unos estudios, convivir en casa, ser el mejor a pesar de las lesiones, sonreír a todo y a todos y, lo que es todavía peor, contagiar ese optimismo a todos los que te rodean; embriagar con esas ganas de vivir, con esa sonrisa. No he compartido contigo todos los años de tu vida, ni tus mejores momentos. No he sido una buena influencia, ni he favorecido a tu sentido del humor. Pese a todo, tengo que decirte que has sido el protagonista de muchas (muchísimas) de mis proyecciones de futuro, la causa de mis rubores, el motivo de líneas y líneas de sentimientos disfrazados para ir a bailar. 
Así pues, solo puedo felicitarte. Felicitarte por ser la persona que has llegado a ser, por tu fuerza, por tus ganas de vivir, por ese extraño don de ver siempre la parte positiva de todo. Felicitarte por sonreír, por hacerme perder la vergüenza, por robarme los papeles cada vez que quieres. Felicitarte por tu integridad, por haberme regalado energía con cada pestañeo, por saber exactamente qué, cuándo y cómo decir las cosas cuando las necesito (no sabes bien cómo valoro eso...). Por último, pero no menos importante, felicidades por regalar al mundo dieciséis primaveras de tu presencia. 
Te quiero.


1 comentario:

A g r i p i n a. dijo...

qué bonito es querer a alguien :)