27.4.11

si no me miro, no existo.

Se avecinan tiempos duros. No es que esté mal, ni mucho menos, pero he (hemos) llegado a la conclusión que este curso es una prueba CONTINUA a nuestros nervios, a la paciencia que hemos acumulado durante casi 18 años para arrojarla toda ahora. No se duerme, no se sale si no es para ir a clase, no se come (o se come en exceso), no se mira la tele, no se lee... y yo sólo digo que tengo moratones en los codos y que la muñeca me suena cómo una hormigonera.

Pero quedan cosas. Queda echarse unas risas en clase, apoyarnos mutuamente. Queda media hora para descansar, tomar el sol, hacer el imbécil... Queda crear y dejar que nos crean un poco. Hablar, reír, tomarnos una caña antes de volver a empezar. A mi, además, me queda escribir y saturar el twitter. 
Si estás leyendo esto, te voy a desear suerte... quizá la necesites más que yo (sobretodo después de leer esto...).

Acostumbrado a escapar de la realidad,
 perdí el sentido del camino...
y envejecí cien años más de tanto andar 
perdido

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