27.5.11

Están entre nosotros. Agazapados entre las sombras, tomando un helado sentados en la rambla; en las discotecas o en la plaza mayor. No se esconden, no tienen miedo de ser reconocidos. Juegan con nuestros sueños, nuestras ilusiones; juegan con nuestros destinos y nuestras mentes, con nuestros sentimientos. Lo peor de todo, es que los dejamos jugar, que entramos en su dinámica y, entonces, nos ganan. Somos demasiado ingenuos, no nos sabemos las normas, somos unos principiantes, unos novatos, unos pardillos... y pese a todas las derrotas, seguimos creyendo que somos mejores que los demás. 
Así que, a todos aquellos que estáis al otro lado creyéndoos que sois mejores que el vecino, siento comunicaros que NO. Que no sois ni mejores, ni más guapos, ni más listos, ni más aptos; sino más inseguros, hipócritas e inestables. No voy a desear que un rayo os parta, porque os podríais sentir especiales (dada la gran casualidad que eso significaría); sólo esperaré que el tiempo hable.
Ya sabéis: quien siembra, recoge.

No hay comentarios: