Casi había olvidado lo bonito que es poder ser una misma, tomar un batido haciendo ruido sin pensar el qué dirán, hacer kilómetros sabiendo que lo que está al final del viaje vale realmente la pena. Casi había olvidado que se pueden enlazar las mil cosas más extrañas a partir de un "Hola, ¿qué tal?" y que las horas se quedan cortas cuando respiras el mismo aire. Casi había olvidado que se puede llorar de la risa, que puedo hacer tonterías sin importarme nada, que puedo mirar hacia dentro y descubrir exactamente lo que hay por fuera. Casi había olvidado que existe el amor y que, de vez en cuando, los que te quieren se acuerdan de ti, te reclaman y te disfrutan. Casi había olvidado que se puede dar un paseo con el estómago vacío, que se pueden vencer las tentaciones y que la decisión final siempre es caer en ellas. Casi había olvidado que las cartas se valoran, que algunos te desean lo mejor, que el pasado a veces vuelve y el futuro está por escribir (aunque sea a trozos). Casi había olvidado el tono de las confidencias, los codazos indiscretos que te señalan algo, las miradas asesinas. Casi... pero no, hoy no.
1 comentario:
oh pequeña, como me gusta!
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